

La limpieza regular de los auriculares inalámbricos es esencial para garantizar su buen funcionamiento y prevenir problemas de salud vinculados a la acumulación de suciedad y cerumen. El uso prolongado, el sudor, el polvo y el contacto con gérmenes, especialmente en actividades físicas, incrementan la necesidad de un cuidado periódico.
Expertos recomiendan realizar una limpieza mensual para evitar que los residuos afecten la calidad del sonido y el volumen. No es necesario invertir en kits costosos: basta con un paño de microfibra, hisopos de algodón, un cepillo de cerdas finas y alcohol isopropílico al 70%.
Los pasos esenciales incluyen:
Desconectar los auriculares y retirar fundas.
Revisar suciedad en audífonos y estuche.
Limpiar la parte exterior con paño seco.
Usar hisopo con alcohol para zonas difíciles.
Cepillar rejillas evitando objetos metálicos.
Retirar manchas rebeldes con paño húmedo.
Limpiar estuche evitando que ingrese líquido.
Secar bien tras contacto con aceites o cosméticos.
Evitar humedad en orificios y no sumergir en agua.
Dejar secar en lugar ventilado al menos una hora.
Conservar los auriculares en su estuche, lejos del polvo y la humedad, y sustituir periódicamente las almohadillas de silicona ayuda a mantener la higiene, reducir el desgaste interno y preservar la calidad sonora. Un mantenimiento constante no solo protege la salud auditiva, sino que prolonga la vida útil del dispositivo.
Fuente: Infobae