

La fibra alimentaria es reconocida por su papel fundamental en la salud intestinal y en la prevención de enfermedades crónicas. Según el portal especializado Very Well Health y entidades de referencia como la Clínica Mayo y la Universidad de Harvard, incluir alimentos ricos en fibra en la dieta diaria aporta beneficios comprobados para el bienestar general.
Expertos destacan cinco grupos clave que deben incorporarse regularmente: frutas, verduras, legumbres, cereales integrales y frutos secos. Su consumo no solo favorece el tránsito intestinal, sino que también contribuye a reducir el riesgo de diabetes tipo 2, enfermedades cardíacas y ciertos tipos de cáncer.
La fibra se clasifica en dos tipos principales: soluble e insoluble. Mientras que la fibra soluble ayuda a disminuir el colesterol y la glucosa en sangre, la fibra insoluble optimiza el tránsito intestinal y previene el estreñimiento. En conjunto, ambas cumplen un rol esencial en el control del peso, el equilibrio metabólico y la mejora de la salud digestiva.
De este modo, una alimentación variada que incluya estos grupos de alimentos puede marcar una diferencia significativa en la calidad de vida y en la prevención de diversas enfermedades.
Fuente: Infobae