

El 2 de mayo de 1982, durante la Guerra de Malvinas, el crucero ARA General Belgrano fue hundido por el submarino británico HMS Conqueror fuera de la zona de exclusión. En apenas 58 minutos, la nave desapareció en el Atlántico Sur, llevándose consigo la vida de 323 tripulantes. Fue el ataque más letal para Argentina en ese conflicto.
A 42 años de la tragedia, los sobrevivientes reviven aquel día como una herida abierta. El barco fue alcanzado por dos torpedos. El primero explotó en la sala de máquinas, partiendo el barco, y el segundo inutilizó las zonas de mando. Muchos murieron instantáneamente; otros pasaron días flotando en balsas, con frío extremo, hambre y desesperación, hasta que fueron rescatados.
Pese al horror, relatan gestos de solidaridad, camaradería y lealtad. Muchos ayudaron a otros a subir a las balsas, compartieron agua y abrigo, e incluso cantaron para resistir. El hundimiento generó profundas controversias, ya que ocurrió fuera de la zona de exclusión fijada por los británicos. Hoy, el recuerdo del Belgrano es símbolo de dolor, pero también de entrega y memoria colectiva.
Fuente: Infobae