Hace 20 años, la primera cirugía cardiovascular realizada en Clínica San Jorge marcó el inicio de un camino que transformó el acceso a la salud en Ushuaia. Antes, estos procedimientos complejos requerían viajar a Buenos Aires. Hoy, con un equipo propio y tecnología de avanzada, funciona con los mismos estándares que los centros más importantes del país.

Los primeros pasos se dieron con un equipo itinerante de profesionales que viajaban desde Buenos Aires, transportando incluso el equipamiento necesario. En Ushuaia, los esperaba el Dr. Jorge Dotti, que ya hacía cirugía cardiovascular y trabajaba activamente para hacer realidad el proyecto de cirugía cardíaca.

El Dr. Adriano Malusardi, cirujano cardiovascular, es uno de los profesionales que participó desde el inicio en esos viajes. “Llegamos a operar a varios pacientes en pocos días. Era mucho esfuerzo, pero había una gran voluntad de ambas partes: del grupo médico y de la Clínica”, recuerda.

“El trabajo itinerante solo era posible gracias al esfuerzo conjunto: el seguimiento de los pacientes por parte del Dr. Dotti, y el respaldo de Hemodinamia, liderado por el Dr. Marcelo Cardone, una pieza clave para cualquier equipo cardiovascular”, enfatiza el especialista.

En 2009, Malusardi quedó como responsable del servicio y decidió iniciar una nueva etapa: formar un equipo local y reducir la dependencia externa. “La idea siempre fue resolver estas patologías complejas acá, para que nadie tuviera que salir de la Isla en busca de atención médica”, explica el especialista.

Ese crecimiento fue acompañado por inversiones clave: incorporación de nueva aparatología, profesionales fueguinos, un equipo multidisciplinario para la recuperación posquirúrgica y la consolidación de Hemodinamia, que hoy solo requiere itinerancia en casos muy puntuales.

Para Malusardi, el esfuerzo fue fundamental. “Los resultados siempre fueron muy buenos. Todo eso tiene que ver con la dedicación de la gente. Me puse en este lugar por la respuesta que hubo del otro lado, la de Carlos Sánchez Posleman con todo lo que había puesto para que esto saliera y la de todos los involucrados”, reconoce.

“El compromiso de todo el equipo es lo que hizo posible que hoy trabajemos como en Buenos Aires. Para mí, es el proyecto de mi vida. La última cirugía de mi carrera quiero hacerla en Clínica San Jorge”, afirma Malusardi, con emoción.

A dos décadas de aquel comienzo, el servicio de Cirugía Cardiovascular de la Clínica San Jorge sigue creciendo, con un único objetivo: que la atención médica de calidad para los fueguinos esté cada vez más cerca.