Cada 8 de junio se conmemora el Día Mundial de los Océanos, una fecha que invita a reflexionar sobre la importancia de conservar estos ecosistemas vitales para el equilibrio del planeta. En el caso de Argentina, la magnitud y productividad de su mar representan no solo una oportunidad económica, sino también una responsabilidad ambiental.

El territorio marítimo argentino se extiende por más de 2,8 millones de km², alcanzando los 6,5 millones si se considera la plataforma continental extendida y las zonas económicas exclusivas reconocidas por la CONVEMAR. Esta enorme superficie aloja una biodiversidad única, con especies emblemáticas como el calamar Illex argentinus, la merluza, el langostino y la centolla, además de mamíferos, aves y peces migratorios que encuentran en estas aguas zonas de reproducción y alimentación.

Desde Península Valdés hasta el Golfo San Jorge, el mar argentino funciona como un “supermercado marino”, tal como lo describe la bióloga Valeria Falabella, directora de conservación costero-marina de WCS Argentina. Su productividad se debe a la dinámica de las corrientes oceánicas y la presencia de frentes marinos, que concentran nutrientes y favorecen la biomasa.

Pero esta riqueza se encuentra amenazada. Las prácticas de pesca ilegal, la contaminación por plásticos y la presencia de hidrocarburos afectan gravemente el equilibrio ecológico. Además, el mar cumple funciones climáticas fundamentales: captura carbono atmosférico a través del fitoplancton, regulando el calentamiento global.

Falabella insiste en que el mar argentino tiene resiliencia, pero también límites. Frente a la actual crisis ambiental y de valores, urge implementar políticas públicas que promuevan áreas protegidas, mejoren los sistemas de monitoreo y fortalezcan la soberanía científica.

En ese marco, WCS Argentina impulsa desde 2019 una plataforma digital para visibilizar las Áreas Marinas Protegidas (AMP), promoviendo su conservación y gestión participativa entre el Estado, ONGs, científicos y la comunidad. El objetivo es claro: asegurar un futuro sostenible para nuestros océanos y para la vida que depende de ellos.

Fuente: El Sureño