domingo 22 de junio de 2025 - Edición Nº95

Entrevistas | 14 may 2025

Automedicación: una práctica riesgosa que puede ocultar síntomas y complicar tratamientos

Desde la Guardia de Clínica San Jorge advierten sobre el uso de medicamentos sin supervisión médica, una costumbre frecuente en casos respiratorios o de dolor abdominal.


La automedicación puede parecer una solución rápida, pero conlleva riesgos que muchas veces se subestiman. El Dr. Mariano Rosatto, jefe de Guardia de Clínica San Jorge, explicó por qué es importante que todo tratamiento sea supervisado por profesionales de la salud.

“El problema de automedicarse es que puede generar distintos trastornos por desconocer el efecto que tienen los medicamentos en el cuerpo. El médico selecciona el fármaco sabiendo cómo actúa y hace el seguimiento adecuado de la dosis administrada”, detalló Rosatto.

Uno de los riesgos principales es que los medicamentos pueden enmascarar síntomas, lo que demora el diagnóstico correcto. Además, pueden interactuar con otros tratamientos crónicos, potenciar o reducir sus efectos, e incluso generar resistencias, en especial con los antibióticos.

Según el especialista, los cuadros respiratorios son los más comunes entre quienes llegan a la Guardia automedicados. “Vemos desde analgésicos comunes hasta antibióticos, en casos que muchas veces son infecciones virales y no necesitan ese tipo de medicación”, contó.

En particular, lo que sucede con este tipo de medicación es que “cuando se usa sin indicación, las bacterias pueden volverse resistentes y hacer que el antibiótico ya no funcione en futuras infecciones”.

También es frecuente el uso por cuenta propia de antiinflamatorios y analgésicos en dolores abdominales. “Buscapina, paracetamol y diclofenac están entre los más usados. Pero en pacientes con otras condiciones, como quienes están anticoagulados, estos medicamentos pueden causar eventos hemorrágicos”, alertó Rosatto.

Por eso, desde la Clínica recuerdan que incluso los fármacos de venta libre deberían ser indicados por profesionales. “Todo tratamiento tiene que ser controlado. Hay que conocer al paciente y acompañar el proceso”, concluye Rosatto.

Ante dudas o urgencias, la Guardia de Clínica San Jorge atiende con demanda espontánea y sin turno previo las 24 horas, en Onachaga 184, Ushuaia.

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