Un nuevo hallazgo científico vuelve a poner el foco sobre las profundidades del océano: un equipo de investigación internacional logró registrar imágenes inéditas de la medusa fantasma (Stygiomedusa gigantea) en las aguas antárticas, una criatura tan elusiva como fascinante. Con apenas unos 110 avistamientos documentados en todo el mundo desde su descubrimiento en 1910, su aparición representa un hito en la investigación marina.

El hallazgo se produjo durante una expedición a bordo del buque RV Polarstern, en el marco de un proyecto colaborativo entre instituciones de Alemania, Países Bajos y Bélgica. Las imágenes fueron captadas a más de 80 metros de profundidad en el mar de Weddell, una de las regiones más inaccesibles del planeta.

La medusa fantasma mide aproximadamente un metro de diámetro, pero su rasgo más impactante son sus cuatro brazos orales, que pueden extenderse hasta 10 metros. Estos brazos en forma de cinta reemplazan los típicos tentáculos de las medusas y cumplen un rol crucial en la captura de presas, aunque aún se desconoce con precisión su dieta.

Su presencia en las frías aguas del océano Austral genera múltiples interrogantes sobre su adaptación a un entorno extremo y sobre los límites de la biodiversidad en zonas remotas del planeta. Además, el hecho de que no tenga estructuras sensoriales visibles, como ojos o cerebro, profundiza el misterio sobre cómo se orienta y sobrevive en un hábitat tan hostil.

Los científicos destacaron que este tipo de registros son fundamentales para avanzar en la comprensión de los ecosistemas abisales, donde cada descubrimiento puede modificar el conocimiento existente. También alertaron sobre la necesidad de proteger estas zonas ante el avance del cambio climático y las actividades humanas, como la pesca industrial.

El hallazgo de la medusa fantasma no solo aporta información valiosa para la biología marina, sino que también fascina por su belleza espectral y su capacidad de sobrevivir en un mundo casi inexplorado, donde aún habitan criaturas que parecen sacadas de una novela de ciencia ficción.

Fuente: Infobae